Alcachofatriste

La alcachofa está triste. ¿Qué tendrá la alcachofa?

20 noviembre 2006

Una vez más

Aun sabiendo que nos tenemos que despedir, seguimos viéndonos.

Reencuentros álgidos.
Momentos para no olvidar.
Pero se acerca el momento, se hace tarde ya, va llegando, ya...
y es cuando nuestras miradas y nuestras voces se apagan.

No querer mirar.
No querer decir.

No saber a dónde mirar.
Y no saber qué decir.

Y cuando ya no estás, me arrepiento de no haberte mirado más...
de no haberte dicho ná.

Pero otra vez, volverá a ser así.

17 noviembre 2006

Metro

Me ha agradado el encontrarme -por fín- con alguien de mi complacencia en el metro. Lo descubrí cuando mis ojos se toparon con unos brazos largos (desbordados de la longitud de la manga) y unas manos definidas, que sostenían un maravilloso y cuarteado libro, manoseado, pero maravilloso... "Memorias de un payaso". El chico no le quitba ojo, le quedaba poco para concluirlo; incluso se movía por el vagón, sin dejar de sostener la mirada entre las letras impresas en las hojas amarillentas, encontró un sitio de esta manera... Es como si el libro fueran sus ojos... y sus ojos parte del libro.

A menudo entran "artistas" a pedir la voluntad entre parada y parada... Les escucho, me gustan, algunos me llaman la atención. Pero este chico, en concreto, me emocionó... porque se veía en él pureza y ganas de aprender a ser payaso...

10 noviembre 2006

-sin título 2-

- A menudo los avances acaban en retrocesos.

- A palabras necias, no entran moscas.

- Cada uno se ahoga en su vaso de agua.

09 noviembre 2006

-sin título 1-

No me siento pequeña, ni tampoco infinita...

El Mundo es tan grande... tan pequeño a la vez.
Tan espeso... y amargo.

Las cosas bellas no están a mi alcance... o no logro
alcanzarlas. Y las que conozco, no están aquí.

Tengo algo en mi cuello, dentro de mi cuello...
a la altura de mi garganta, que a menudo ni
si quiera me deja jadear.

Quiero que mi aliento salga al Mundo y lo inunde
de rabia, de deseo, de felicidad...
Y no sentirme pequeña, ni tampoco infinita.

08 noviembre 2006

Estancia

(Sucesivo al anterior escrito; también corresponde al día 7)

Y ahora me toca observar:
* Veo:
Gente, personas, seres ¿humanos?
Maletas
Carros
Luces
Paneles
Suelo pulido
Securatas de pacotilla...

* Escucho:
Detrás de mí: el pasamanos de las
escaleras mecánicas
Pagos en efectivo
Cremallera de la cazadora de la que
está a mi lado
La tía del megáfono
Pasos...

Todos venimos a lo mismo, pero nuestros
destinos son diferentes.
¿Dónde irá el de la mochila naranja?
¿Y la que bosteza?
Seguro que a más de uno de los que estamos
aquí, le entra la misma curiosidad.

Acabo de cruzar la mirada con un securata
casi sexagenario. ¿Seré sospechosa para él?

Ya quedan menos números para que me toque
(si quedaran más sería preocupante)

Tengo el 064 (por poco no me sale el 69 y paso
a ser observada por miradas morbosas, que
traspolan el número mágico a mi paseo hacia el
mostrador).

Se llega por el 044. ¡20! Bien...

Ellos, nosotros...

(Aunque hoy sea día 8, este escrito corresponde a ayer)

Risas y nostalgia echando la vista atrás.

¿Quién no ha tenido nunca en su vida sus
AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS?
Los míos, mis maravillosos míos,
mis más recientes maravillosos han sido
de hace 4 años acá: no voy a negar que en
esos 4 años no hayan habido desgracias...
Pero en general han sido... ¿cómo decía?
Ah, MARAVILLOSOS.

Risas nostálgicas.
Nostalgias risibles...

Echo de menos a mi gente.
Me echo de menos a mí entre ellos...
Les sigo viendo; incluso vivo con dos de
ellas, pero es diferente: no estamos todos
juntos... en nuestra movida... nuestro rollo...

Es así. Tenía que ser así. Lo sabíamos. Pero
hasta que no ha llegado el momento, no podíamos
saber cómo iba a ser. Y está siendo.

(Estación de Chamartín, a las 19:23)