Metro
Me ha agradado el encontrarme -por fín- con alguien de mi complacencia en el metro. Lo descubrí cuando mis ojos se toparon con unos brazos largos (desbordados de la longitud de la manga) y unas manos definidas, que sostenían un maravilloso y cuarteado libro, manoseado, pero maravilloso... "Memorias de un payaso". El chico no le quitba ojo, le quedaba poco para concluirlo; incluso se movía por el vagón, sin dejar de sostener la mirada entre las letras impresas en las hojas amarillentas, encontró un sitio de esta manera... Es como si el libro fueran sus ojos... y sus ojos parte del libro.
A menudo entran "artistas" a pedir la voluntad entre parada y parada... Les escucho, me gustan, algunos me llaman la atención. Pero este chico, en concreto, me emocionó... porque se veía en él pureza y ganas de aprender a ser payaso...
1 comentarios:
Yo soy observadora, y siempre me fijo en la gente y eso que no voy en metro :P Pero es verdad que hay personas que te llaman mucho la atención.
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